LOS MUERTOS DE CRISTO
Los Gritos del Silencio II
Veo pasar el tiempo,
que arranca mi juventud,
juventud asesinada,
de hormigón es mi ataúd.
Ataúd que va en silencio,
navegando en el olvido,
lleva dentro el tormento,
de mis gritos no hay testigos.
Tratado como a una bestia,
pisoteada mi dignidad,
en la celda de castigo,
me golpea un animal.
Golpes que ya ni siento,
no paro de temblar,
electrodos rompen mi cuerpo,
me acabo de orinar.
Funcionario de prisiones,
llaman hoy al carcelero,
perro fiel que bien guardas,
las llaves del infierno.
Infierno de los pobres,
paraíso de los ricos,
el dinero es lo que cuenta,
lo que menos el delito.
Vivimos en un sistema,
al que llaman civilizado,
que condena sus errores
con jaulas para humanos.
Y dicen esos demócratas,
de corazón envenenado,
que condenes el terrorismo,
por los derechos humanos.
Vemos pasar el tiempo,
que arranca la juventud,
de millones de presos,
mañana puede ser tú.
Vemos pasar el tiempo,
que arranca la juventud,
de millones de presos,
mañana puede ser tú.
Vemos pasar el tiempo,
que arranca la juventud,
hoy ha muerto otro lamento,
en el silencio de este ataúd.
Funcionario de prisiones,
llaman hoy al carcelero,
perro fiel que bien guardas,
las llaves del infierno.
Infierno de los pobres,
paraíso de los ricos,
el dinero es lo que cuenta,
lo que menos el delito.
ARRIBA